Los Contratos de Prestación de Servicios, según ElsaMaraContable

Durante 24 años tuve contratos laborales en las más de quince empresas para las que trabajé hasta el 2012.

Amaba los contratos laborales, porque me daban prestaciones sociales y porque disfrutaba llegando todos los días a las empresas a cumplir un horario y desarrollar las labores por las que me pagaban, ya luego de esa jornada me iba a la casa y olvidaba mi trabajo, me iba a descansar. 

Por la urgencia de ubicarme laboralmente, para el año 2012 me ofrecen un contrato de prestación de servicios y con mucho dolor lo acepté; reconozco que ese primer pago donde me descontaban el doloroso descuento de 10% de retención en la fuente cuando apenas si ganaba $1.100.000, fue fuerte emocionalmente, lo reconozco y así lo viví como por 5 meses más.

¿Saben qué pasó luego? que, mediante una norma tributaria, a los contratos de prestación de servicios se le pudo aplicar la retención en la fuente del artículo 383 del ET, ahí ya no me hacían ese descuento, así que pude volver a sonreír (en el mejor término, ¿no? Siempre estoy sonriendo).

Quiero contarles que por un buen desempeño que tuve en esta época, logré un aumento en ese contrato del 110%… sí ¡así como suena!; pasé de ganar $1.100.000 a ganar $2.300.000… así que, con ese aumento, me olvidé del dolor de tener el contrato de trabajo en esa modalidad y aprendí que, si me desempeño bien, siempre estaré ganando y siempre hay un supervisor o jefe que quiera que trabaje por unos excelentes resultados… ¡Si!  ¡Siempre!, sea en una entidad actual o en otra a donde quiera ir.

Con el contrato de prestación de servicios aprendí a “retirar” un dinero para pagar la seguridad social, cosa que no hacía antes ni siquiera para ahorrar y obvio luego también aprendí a ahorrar y estando en esta modalidad.

Mucho se debate sobre el tema, pero para un buen funcionario el tipo de contrato que tenga es lo de menos, recuerden que el título de este artículo es la opinión personal de ElsaMara sobre el tema.

Pero si los insto a ser más competentes, más diestros y más dinámicos para que no les quede grande ningún tipo de contrato.

Hoy en día opino que un contrato laboral, a una persona la sume en el conformismo, metiéndola en una zona de mediocridad (otros la llaman zona de confort), en la que fácilmente alguien se puede quedar toda una vida entera.

He recibido casos en los que llegan a mis clases, estudiantes que dedicaron su vida 5 – 10 – 15 y hasta 20 años en una empresa o bajo una sola modalidad de contrato y cuando quieren tomar control de sus carreras, de su profesión o de su vida, ya se sienten tan desgastados que ni ánimos les da de arrancar.

Aunque actualmente lidero el proyecto ElsaMaraContable, en la que no tengo ni el uno ni el otro contrato, agradezco a la vida amar este contrato de trabajo, ¡ámenlo ustedes también porque los tendrá siempre a la expectativa de estar viendo y buscando mejores resultados!

PD: En el próximo artículo les estaré contando cómo hice para ganarme el 108% de aumento más… atentos a la nota!